Entre los múltiples rituales que confluyen en China durante el Año Nuevo Lunar está el cumpleaños del dios de la Riqueza, un culto imprescindible porque es el momento de complacer al protector del dinero y la fortuna.
Hay quienes preparan mesas al frente de la entrada principal de su negocio con frutas, flores, dulces, té, velas y se sacrifican animales para adorar al patrón de la prosperidad y atraer la buena suerte.
Otra costumbre es invitar a bailarines de la danza del león para celebrar la ceremonia de apertura y luego entregar un sobre rojo con dinero a la mascota del Dios cuando entre al establecimiento.
En los hogares también se le da la bienvenida a Cáishén y lo tradicional es que desde la madrugada se exploten petardos para invitarlo a pasar a la casa.
Existen diversas leyendas sobre este mítico ser y de manera general todas coinciden en que fue un monje.
Según una de las historias se trata de un grupo comandado por el taoísta Zhao Gongming y cuatro subordinados que en conjunto forman reciben el nombre de Dios de la Riqueza.
Su imagen típica es la un hombre sonriente de barba larga, con corona, lujosos atuendos rojos y dorados, más un lingote de oro en la mano, entre otros atributos.
Por estas fechas es usual ver a personas disfrazadas así y figuras de todos los tamaños del dios en las ferias, templos y otras actividades públicas adonde acuden familias enteras para festejar el Año Nuevo Lunar.
Su culto acontece tanto en la parte continental de China, como en las regiones administrativas especiales de Hong Kong, Macao y la isla de Taiwán, así como en vecinos países del sureste asiático.
China transita desde el viernes pasado por el año 4716 de su calendario bajo el influjo del Perro de Tierra, un animal que según las tradiciones traerá mejores momentos para el amor, la salud y las relaciones interpersonales.
Con la regencia del animal, sus ciudadanos esperan vivir 12 meses donde cobrará más importancia la lealtad, honestidad y el control de las finanzas. Este último elemento es parte de la agenda económica anual del Gobierno y hay medidas cada vez más estrictas en esa dirección.
De acuerdo con la creencia popular, el perfil del Perro de Tierra hará que en la nueva etapa del almanaque todos sean un poco más tolerantes, solidarios, piensen en el prójimo y valoren más la unión familiar y la amistad.
Por lo tanto, será un período que invitará a hacer mayores esfuerzos para mantener la paz, estrechar las comunicaciones, revisar los principios morales y mejorar muchos conceptos de la sociedad.