La tregua cambiaria del último mes en Argentina se ha roto y deja en evidencia la creciente desconfianza de los inversores hacia el país austral. El Banco Central (BCRA) subió este lunes del 40% al 45% la tasa de interés de referencia pero no logró frenar la devaluación del peso, que se derrumbó a su mínimo histórico, al cambiarse a 30,5 unidades por dólar. Al mismo tiempo, el riesgo país se disparó hasta los 723 puntos, récord bajo la presidencia de Mauricio Macri y la bolsa retrocedió casi un 3%. La crisis de la lira turca ha contagiado a todas las economías emergentes, pero con especial dureza a la argentina, muy necesitada de crédito internacional y sacudida por un escándalo de corrupción que ha puesto bajo la mira judicial a altos cargos de la gestión kirchnerista y a las grandes constructoras del país.
“En respuesta a la coyuntura externa actual y el riesgo de que implique un nuevo impacto sobre la inflación doméstica, el Comité de Política Monetaria (COPOM) del Banco Central de la República Argentina resolvió por unanimidad reunirse fuera de su cronograma preestablecido y aumentar la tasa de política monetaria al 45%”, informó el organismo monetario en un comunicado. La tasa de política monetaria era del 40% desde principios de mayo, una cifra ya muy superior al de otras economías emergentes con problemas, como Turquía, donde roza el 18%.
Como medida adicional, el Banco Central anunció que mañana venderá 500 millones de dólares, en un intento por aplacar el mercado. Además, de cara al nuevo vencimiento de Lebac (Letras del Banco Central) buscará que los inversores no se fuguen al dólar sino que las reemplacen por letras del Tesoro (Letes) o de Liquidez (Leliq).
Los anuncios fueron insuficientes para calmar la moneda local. El peso perdió este lunes un 2,7% de su valor y acumula una caída cercana al 50% desde mediados de abril. Los mercados argentinos se calmaron temporalmente en julio después de dos meses de gran volatilidad en los que se desplomó el peso, se desbocó la inflación y el Gobierno recurrió al Fondo Monetario Internacional (FMI) para acordar un rescate por 50.000 millones de dólares y restaurar la credibilidad en la economía.