El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, alertó hoy sobre las devastadoras consecuencias del cambio climático que se sintieron en los últimos años, como recoge el más reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Al celebrarse en esta fecha el Día Mundial de la Meteorología, el diplomático portugués recordó cómo 2016 fue el año más cálido desde 1850 y el anterior, el más cálido registrado sin el efecto de El Niño.
Por medio de su cuenta oficial en Twitter, Guterres señaló que hacen falta mayor ambición y acciones para revertir esa tendencia y compartió el informe de la OMM con las alarmantes estadísticas.
De acuerdo con ese reporte, el año pasado fue uno de los más cálidos de la historia: el Ártico experimentó temperaturas inusualmente altas, mientras que áreas densamente pobladas en el hemisferio norte se vieron atrapadas por el frío intenso y las dañinas tormentas invernales.
Australia y Argentina sufrieron olas de calor extremas, la sequía continuó azotando Kenya y Somalia, y la sudafricana Ciudad del Cabo sufrió una aguda escasez de agua, como detallan algunos de los ejemplos ofrecidos por la OMM.
Las cifras también revelaron que el riesgo general de enfermedad o muerte relacionada con el calor aumenta de forma continua desde 1980.
De hecho, un 30 por ciento de la población mundial vive expuesta a condiciones climáticas con temperaturas potencialmente mortales durante al menos unos 20 días al año.
Además, el 2017 se catalogó como el que mayores pérdidas económicas tuvo debido a fenómenos climáticos extremos, con un total de 320 mil millones de dólares.
Esto lo convierte en el año más costoso de los registrados por la OMM, que destacó también las desastrosas consecuencias de la temporada de huracanes en el Atlántico Norte, las grandes inundaciones monzónicas en La India y la sequía severa en regiones del este de África.