TGW DIGITAL | Autoridades de Guatemala y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) están trabajando juntos para implementar alternativas sostenibles en la producción agrícola con el fin de reducir el impacto medioambiental y las emisiones de dióxido de carbono. Así lo informó Marco Moncayo, oficial de políticas de la FAO para Guatemala.
En este contexto, el Gobierno de Guatemala y la FAO han identificado la necesidad de transformar las prácticas agrícolas para hacer frente a los desafíos ambientales actuales, como el cambio climático y la deforestación. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente el dióxido de carbono (CO2), es uno de los principales objetivos de esta colaboración.
Marco Moncayo destacó que Guatemala, siendo un país altamente dependiente de la agricultura, debe buscar un equilibrio entre la producción alimentaria y la protección del medioambiente.
A través de estas nuevas alternativas agrícolas, se pretende lograr una producción más eficiente y menos contaminante, lo que a su vez contribuirá al cumplimiento de los compromisos internacionales relacionados con la sostenibilidad y la protección del clima.
Junto a @FAOGuatemala trabajamos en la aplicación de la hoja de ruta para enfrentar los desafíos de la seguridad alimentaria, la degradación ambiental y las desigualdades sociales.
¡El pueblo digno es primero! pic.twitter.com/U31QS3Fm5f
— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) March 18, 2025
La FAO ha propuesto una serie de enfoques innovadores que incluyen el uso de tecnologías limpias, la implementación de prácticas agroecológicas, y la promoción de la agroforestería, que integra los cultivos agrícolas con árboles para mejorar la biodiversidad y reducir la erosión del suelo.
Además, se busca fomentar la capacitación de los agricultores locales en el manejo adecuado de los recursos naturales.
Este esfuerzo también se enmarca dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, en particular en lo relacionado con la producción y consumo responsables, así como la acción por el clima.
Se espera que, a través de estas iniciativas, Guatemala pueda avanzar hacia una agricultura más resiliente y adaptada a las nuevas condiciones climáticas, contribuyendo al bienestar de sus comunidades y al cuidado del planeta.
Moncayo concluyó que la cooperación entre las autoridades guatemaltecas y la FAO será clave para el éxito de este proceso, ya que permitirá la implementación de soluciones prácticas que no solo beneficien al medioambiente, sino que también mejoren la seguridad alimentaria y el desarrollo rural en el país.
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