El Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que el presidente de la República, Horacio Cartes, dispuso el traslado de la Embajada del Paraguay en Israel, a la ciudad de Jerusalén.
Tras recibir la instrucción respectiva, el Ministerio de Relaciones Exteriores, inició el proceso de ejecución de la decisión presidencial, e impartido las instrucciones correspondientes a la Representación Diplomática del Paraguay en Israel, según reza el comunicado difundido por la institución.
El futuro canciller de Paraguay, Luis Alberto Castiglioni, dijo hoy que el traslado a Jerusalén de la embajada paraguaya en Israel fue una “decisión unilateral” del presidente Horacio Cartes. “Esto no ha sido consultado con el presidente electo”, dijo Castiglioni en declaraciones con la emisora Radio 1000.
“Es una decisión bastante delicada y también en consecuencia lo mejor hubiese sido, a mi criterio, lo he dicho también al presidente electo, que lo mejor hubiese sido que el presidente Cartes le invite, converse sobre este tema.Pero no ha ocurrido así”, indicó.
Cartes anunció el mes pasado su intención de trasladar su legación a Jerusalén, como hará EE.UU. el próximo lunes y dos días después Guatemala, en un acto al que asistirá el presidente guatemalteco, Jimmy Morales.
Así, el Gobierno paraguayo se convertirá en el tercer país en hacerlo.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rompió el pasado diciembre con el consenso mundial al declarar Jerusalén como capital de Israel, cuya parte oriental fue ocupada por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexionada en 1980, en una decisión no reconocida por la comunidad internacional.
Estas decisiones rompen una tendencia de cuarenta años y contradicen el consenso internacional de no considerar Jerusalén parte de ningún Estado hasta que israelíes y palestinos determinen su estatus en un acuerdo de paz.
Israel ocupó la parte oriental de la ciudad en la Guerra de los Seis Días (1967) y luego la anexionó en 1980 en una decisión unilateral y no reconocida internacionalmente.
Reclama la ciudad entera como su capital “eterna e indivisible”, mientras que los palestinos aspiran a constituir en el este la capital de su futuro Estado.
Hace 45 años, la presencia de misiones diplomáticas en Jerusalén no era inaudita y llegó a albergar 16 embajadas, doce de países latinoamericanos, tres de africanos y una europea, de Holanda.
Esta situación cambió en septiembre de 1973 cuando el Movimiento de Países No Alienados acordó en Argelia cerrar las legaciones de Costa de Marfil, Zaire (actual República Democrática del Congo) y Kenia en solidaridad con los países árabes que denunciaban la ocupación de sus territorios (el Golán sirio, el Sinaí egipcio y los territorios palestinos).
La salida de las restantes embajadas se produjo después de que el 30 de julio de 1980 la Knéset enmendara la Ley Fundamental de Jerusalén, de 1950, y declaró la ciudad como capital “completa y unida” de Israel.
Un mes después, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 478, en la que acordó “no reconocer” este paso ni cualquier otro que alterase “el carácter y estatus de Jerusalén”, e instó a sus miembros a sacar de la ciudad sus representaciones.