TGW Digital – Con el propósito de evitar la contaminación en las cuencas hidrográficas del país el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) continúa capacitando al rededor del país a lugareños con las biobardas, que detienen y recolectan los desechos sólidos que arrastran las fuentes de agua y así evitar que prosigan los procesos de contaminación.
Alfonso Alonzo, Ministro del Marn y el equipo del ministerio realizan gira por el Occidente del país, junto a embajadores guatemaltecos acreditados en otros países, para que conozcan de primera mano los procesos y resultados exitosos de las Biobardas como sistemas de saneamiento de cuerpos de agua.
#MinistroAlonzo y equipo técnico del @marngt muestran procesos y resultados de #biobardas en río Samalá, municipio de San Cristóbal, Totonicapán, a embajadores guatemaltecos residentes en el extranjero. pic.twitter.com/EVVm4KL1Br
— Ministerio Ambiente (@marngt) 3 de abril de 2019
Al momento se elabora una biobarda que será instalada en el río Samalá, en municipio de San Cristóbal Totonicapán, que servirá para retener los residuos y desechos sólidos que son arrastrados por ese cuerpo de agua.
#MinistroAlonzo junto a equipo de Coordinación Nacional del @marngt elaboran #biobarda que será instalada en el río Samalá, en municipio de San Cristóbal Totonicapán, que servirá para retener los residuos y desechos sólidos que son arrastrados por ese cuerpo de agua. pic.twitter.com/Ar0GchVThR
— Ministerio Ambiente (@marngt) 3 de abril de 2019
💦Delegados del @marngt en Zacapa instalaron una biobarda en el canal Llano de Piedras, con el objetivo de detener y recolectar los desechos sólidos que arrastran las fuentes de agua que nutren dicho reservorio hídrico y evitar que prosigan los procesos de contaminación. pic.twitter.com/1D7fYsc62b
— Ministerio Ambiente (@marngt) 1 de abril de 2019
Historia de las biobardas
Desde mediados del año 2016 las autoridades de Honduras empezaron a sentirse alarmadas y preocupadas por los altos niveles de contaminación del río Motagua, por sus efectos sobre el mar en su costa atlántica. Este río, el más grande de Guatemala, nace en el departamento de Quiché y desemboca en Izabal, específicamente en el Mar Caribe. A su paso por más de 90 municipios a lo largo de 487 kilómetros, esta vertiente recoge toda clase de contaminantes y desechos sólidos. Esto ocurre desde tiempos inmemoriales.
Ante la posibilidad de una crisis diplomática por la amenaza hondureña de presentar una demanda multimillonaria contra Guatemala, los presidentes de ambos países, Jimmy Morales Cabrera y Juan Orlando Hernández, se reunieron con sus respectivos cancilleres para analizar la situación. El Presidente Morales, de Guatemala, hizo sobrevuelos en el río hasta la desembocadura en el atlántico y constató el arrastre de basura, plástico y desechos sólidos en gran cantidad.
Por encargo del Presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se empezaron a realizar reuniones entre los equipos técnicos de los Ministerios de Ambiente y Recursos Naturales, tanto en Guatemala como en Tegucigalpa. En el MARN de Guatemala se tuvo idea de una biobarda como barrera para contener los desechos, pero se supo que en Amatitlán se tenía la experiencia de una especie de barricada que detenía desperdicios arrastrados por el río Villalobos, el principal contaminante del lago. Al hacer observaciones se comenzó a perfeccionar la red y poco a poco, mediante muchas pruebas, surgió la biobarda.
Al frente de la iniciativa, en todo momento, ha destacado la activa intervención y el trabajo de campo del Ministro de Ambiente y Recursos Naturales, licenciado Alfonso Alonzo y sus viceministros, Carlos Ramos y Magner Estrada. Por decisión del Ministro, el lugar donde se instaló el equipo operador fue el Quetzalito, una aldea de Puerto Barrios, Izabal, situada en un punto estratégico, cerca de la desembocadura del río Motagua. Luego de varias pruebas exitosas y de observar cómo la biobarda artesanal retenía grandes cantidades de plástico y otros desechos, se pidió el apoyo voluntario de los pobladores, en una acción que involucró a toda la comunidad.
En ese lugar funcionó la primera biobarda formal, que a su vez dio lugar a otras acciones complementarias. Después de tres meses del trabajo voluntario, el Ministerio contrató a 15 familias que realizan diversas fases de recolección, separación y procesamiento de los desechos, generando una fuente de empleo en la comunidad.
Con la biobarda se puso a funcionar una planta de tratamiento que fue proporcionada por el gobierno de Taiwan y una máquina compactadora donada por la entidad ProVerde, de Cementos Progreso. De aquí salen postes para ganado, alfombras, paredes habitacionales. Los sobrantes son trasladados a Cementos Progreso, industria que los utiliza como combustible para sus hornos.