La coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, Rebeca Arias, expresó su satisfacción por la reducción de los índices de criminalidad que se reflejó en un reciente informe de la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad, y consideró que “aún falta trabajo por hacer”.
“Las estadísticas sobre crimen y violencia muestran que en los últimos años se ha reducido la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes. Es un progreso que ha tenido el país en cuanto al combate del crimen, de la violencia”, indicó Arias a la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN).
Añadió que para enfrentar esos flagelos es importante mantener las políticas de prevención. “La prevención es muy importante. Es la única manera sostenible, a largo plazo, de reducir la violencia y combatir el crimen de manera eficaz”, señaló.
A decir de Arias, aún falta trabajo por hacer, ya que “tenemos estadísticas que muestran algún incremento en delitos”.
Homicidios, el indicador más fuerte
Walter Menchú, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), aplaudió la disminución de los índices de criminalidad y dijo que esa tendencia es positiva.
“La tendencia hacia la reducción de los hechos delictivos se ha mantenido en los últimos años y los últimos meses, principalmente cuando hablamos de la tasa de homicidios, que quizá es el indicador más fuerte”, comentó.
También recordó que “en Guatemala toda la criminalidad está relacionada y el hecho de que la tasa de homicidios haya bajado es un indicador de que los demás delitos pueden estar disminuyendo de la misma manera”.
Según Menchú, las estadísticas gubernamentales coinciden con las del CIEN. “Hemos monitoreado esos indicadores y vimos que los delitos contra las personas como homicidios, lesiones, violaciones y secuestros han venido a la baja. Ha habido bastantes logros y esperamos que se mantengan”, sentenció.
En enero de 2016, cuando el mandatario Morales asumió la Presidencia, la tasa de homicidios era de 29,5 por cada 100.000 habitantes y ese mismo año se redujo a 27,5.
Sin embargo, los planes de seguridad implementados como parte de su política de gobierno permitieron que en el 2016 la tasa bajara a 26,1 por cada 100.000 habitantes.