El Cerebro en la Era Digital: Entre Pantallas y Plasticidad, una Transformación Constante

El Cerebro en la Era Digital: Entre Pantallas y Plasticidad, una Transformación Constante

TGW DIGITAL |La creciente influencia de las pantallas en nuestras vidas está impulsando una profunda investigación sobre cómo la tecnología digital moldea el cerebro humano. Aunque la OMS advierte sobre la exposición temprana en menores, estudios recientes revelan una compleja interacción que presenta tanto desafíos como nuevas capacidades.

El Regreso a lo «Analógico»: Un Modelo Educativo Emergente

Frente a la omnipresencia digital, algunas instituciones, como la Escuela Pía de Caldes de Montbui en Barcelona, han adoptado una «desescalada tecnológica». Han reducido el uso de dispositivos en el aula, priorizando el papel, la escritura a mano y el cálculo mental. Sus directores pedagógicos observaron que la excesiva dependencia de pantallas mermaba la capacidad de síntesis, la ortografía y el pensamiento estructurado en los alumnos. Esta tendencia no es aislada; países como Suecia también han revertido sus planes de digitalización escolar, volviendo a los libros físicos.

Neurociencia: Impactos y Adaptaciones Cerebrales

Investigadores como David Bueno, catedrático de Neuroeducación de la Universidad de Barcelona, señalan que una digitalización excesiva puede fomentar la impulsividad, reducir la capacidad de atención y generar dependencia a través de la dopamina, afectando el neurodesarrollo, especialmente en jóvenes.

Sin embargo, el panorama es matizado. Un metaanálisis clave de la Universidad de Hong Kong (2023) sobre la experiencia digital en niños (0-12 años) halló que, si bien hay efectos negativos (déficit de atención, pérdida lingüística), también existen beneficios, como la mejora en la capacidad ejecutiva. Las regiones más afectadas incluyen la corteza prefrontal (control de impulsos, pensamiento abstracto) y áreas relacionadas con la coordinación motora y el procesamiento numérico.

El neuroanatomista Javier DeFelipe destaca la asombrosa plasticidad cerebral, la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevos estímulos. Entre los 0 y 12 años, esta plasticidad es máxima, y actividades como escribir o tocar un instrumento son fundamentales para «cablear» nuevas conexiones. DeFelipe afirma que el cerebro cambia al adaptarse al universo tecnológico, aunque los efectos a largo plazo son un área de estudio continuo.

Desconexión Digital: Clave para Potenciar la Mente

La «amnesia digital» —olvidar información que los dispositivos almacenan por nosotros— es una preocupación creciente. No obstante, estudios como el del psicólogo Adrian Ward de la Universidad de Texas (2025) muestran un lado positivo de la desconexión: un experimento de dos semanas sin internet en móviles reveló que el 91% de los participantes mejoró su atención y bienestar, y el 71% incrementó sus capacidades cognitivas, incluyendo la creatividad y la memoria.

En última instancia, si bien la tecnología está remodelando nuestras interacciones y el uso que damos a nuestras capacidades cognitivas, los expertos como DeFelipe enfatizan que el cerebro humano mantiene su extraordinaria capacidad de adaptación. No se trata de una evolución anatómica inmediata, sino de cómo nuestra plasticidad inherente nos permite navegar y, potencialmente, prosperar en esta era digital sin precedentes.

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