Pero de hecho, una vez más, aunque esta vez desde una cárcel de Curitiba, Lula (2003-2010) se perfila como la figura central de la campaña.
El ex mandatario, de 72 años, fue tres veces candidato (en 1989, 1994 y 1998) antes de vencer en los comicios de 2002 y 2006, y de imponer en los dos siguientes (en 2010 y 2014) a su heredera política Dilma Rousseff, destituida en 2016 por el Congreso.
Ahora cuenta con un inquebrantable 30% de intenciones de voto, prácticamente el doble que cualquiera de sus rivales, pese a estar purgando desde 7 de abril una condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.
La condena fue confirmada por una corte de apelación, lo cual debería inhabilitarlo para competir en una elección, en virtud de la “Ley de Ficha Limpia” promulgada por él mismo en el último año de su mandato.
Pero en espera de que la justicia electoral así lo determine (probablemente en la segunda quincena de agosto), nade le impide al PT proclamarlo candidato, velando aún más la visibilidad sobre las que se anuncian como las elecciones más inciertas desde la restauración de la democracia en 1985.
“Sigue siendo el líder“, dice el más reciente anuncio electoral en línea del PT, mostrando una foto de un Lula sonriente con su ya tradicional camiseta negra y una chaqueta.
El ex alcalde que sería candidato si le prohíben al PT postular a Lula
El ex alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad será el candidato a la presidencia de Brasil del Partido de los Trabajadores en caso de que el encarcelado ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva no pueda participar en la elección de octubre, dijo este viernes una fuente del partido en diálogo con la agencia de noticias Reuters.
Si Lula puede postular, la aspirante del Partido Comunista Manuela D’Avila abandonará su candidatura y se convertirá en su compañera de fórmula, según la fuente, que es cercana a las negociaciones y solicitó la condición de anonimato.
Más tarde el viernes, la líder del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, dijo después de visitar a Lula en el edificio de la policía federal en Curitiba donde está encarcelado que el ex presidente pidió unos días más para que el conglomerado decida el nombre de su compañero de fórmula.
La selección de Haddad sugiere que los funcionarios del partido se están haciendo a la idea de intentar transferir el apoyo a Lula en lugar de intentar de que arme su propia campaña desde prisión.
Haddad, de 55 años y descendiente de libaneses cristianos, perdió su campaña a la reelección como alcalde de Sao Paulo en 2016, en una sorprendente derrota en primera ronda frente al conservador Joao Doria.
La relativa juventud de Haddad y el que no se haya visto involucrado en los escándalos que corrupción que sacuden a la política brasileña han fortalecido las expectativas de que sea el posible sustituto de Lula. Sin embargo, su derrota de 2016 y la falta de una conexión con la base del partido en el noreste del país le juegan en contra.
A pesar de su postulación a la presidencia, la mayoría espera que D’Avila y el Partido Comunista de Brasil eventualmente unan fuerzas con el Partido de los Trabajadores.