TGW Digital – En los últimos tres años Guatemala amplió 1 mil 320 hectáreas de bosque, a través de los programas de reforestación que funcionan con las delegaciones departamentales del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Los árboles forestales y frutales son los que más se siembran en el suelo guatemalteco, ya que se adaptan muy bien sus distintos climas. Desde el 2018 han sido plantados 918 mil 850 árboles en todo el territorio, lo que equivale a un mil 320 hectáreas fortalecidas gracias al impulso y constante esfuerzo del MARN por conservar, proteger y recuperar los bosques. En Guatemala hay unas 500 especies de árboles y en el mundo existen al menos 60 mil.
José Ricardo Gálvez, jefe del Departamento de Concentración y Descentralización de la Gestión Ambiental del MARN, explicó que el cedro, ciprés, palo blanco, madre cacao y matilisguate, son los tipos forestales más plantados, y el nance, naranja, mandarina y guayaba los frutales. “Los frutales dan doble beneficio porque al momento de la cosecha proveen alimento. Los forestales pueden generar ingreso económico en un tiempo si se maneja de manera sustentable”, según Gálvez.
Desde 1990 se han perdido 420 millones de hectáreas de bosque en el planeta, debido al uso de la tierra para otras actividades, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y advierte en el estudio “La evaluación de los recursos mundiales 2020”, que pese a la disminución de la tasa de deforestación en la última década, se siguen perdiendo 10 millones de hectáreas de bosque al año.
Cobertura forestal
Durante el 2020, el MARN ha impulsado la siembra de 550 mil árboles en 495 mil hectáreas en todo el país. El proceso comienza en noviembre y diciembre, cuando las delegaciones hacen el requerimiento de las plantas, las reciben en el primer semestre del año siguiente y son plantadas durante el segundo semestre. La reforestación no es un proceso improvisado, ya que el MARN solicita un plan de manejo, geoposicionamiento y un mecanismo de seguimiento, para que las zonas de siembra sean de recarga hídrica, indicó Gálvez.
El Sistema de Cobertura Forestal de Guatemala (SIFGUA), revela que el país cuenta con una superficie de tres millones 574 mil 244 hectáreas cubiertas de bosque, que equivalen a un 33 por ciento del territorio. Del total de bosque nacional, el 52.7 por ciento está ubicado dentro del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas.
SIFGUA muestra que los departamentos con más bosques son Petén, donde se encuentra la Reserva de la Biosfera Maya, con 1.6 millones de hectáreas, seguido de Alta Verapaz, Izabal y Huehuetenango. En la actualidad, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) trabaja en la actualización del Mapa Forestal de Guatemala, por medio de la Dirección de Planificación.
Gálvez refiere que los bosques son un pulmón para el país, su conservación es fundamental para la vida del ser humano y la diversidad biológica. “El MARN trabaja en la reforestación junto a sus delegaciones. Además, se promueven valores y educación ambiental para la conservación del ambiente”, enfatizó.
Sembrando huella
El INAB desarrolla el programa “Sembrando Huella”, que promueve la cultura forestal por medio de actividades que dan a conocer el uso adecuado de los bosques, la conservación y recuperación del paisaje urbano y rural.
Durante el 2020 han plantado 224 mil 827 árboles a nivel nacional, lo que suma 395.31 hectáreas reforestadas en todo el país. El programa involucra a las municipalidades, centros educativos, sociedad civil, empresarios, entidades de gobiernos y organismos no gubernamentales.
Pese a los programas de protección, los incendios forestales son una amenaza para la conservación de los bosques, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres registró 1 mil 200 incendios forestales en la temporada 2020. Los departamentos más afectados han sido Guatemala, Petén, Quiché, Jalapa y Huehuetenango, que perdieron unas ocho mil hectáreas de vegetación. En todo el territorio, fueron dañadas unas 2.7 mil hectáreas.
Cada árbol es un ecosistema, absorben el dióxido de carbono y liberan oxígeno al aire, lo que contribuye a combatir el cambio climático. Los árboles también previenen la erosión del suelo y conservan la humedad. Además, son una fuente económica al manejarlos de manera sustentable.
Vía: MARN.