La deshabitada “Isla Henderson” que se ubica a 5.000 km de la costa de Chile, se ha convertido en el lugar más contaminado de la Tierra. La isla es tan remota que sólo se visita cada cinco a 10 años, con fines de investigación, y está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Pero este aislamiento de la humanidad no ha impedido que las playas de la isla se llenen de basura. En un nuevo estudio, los investigadores estiman que 37,7 millones de piezas de plástico, que ascienden a 17 toneladas de desechos plásticos, cubren las playas de la isla de Henderson. La mayor parte de la basura ni siquiera es visible, ya que al menos 4.500 trozos por m2 están enterrados a 10 cm bajo la superficie.
Debido a la lejanía de Henderson, toda esta contaminación plástico viene de lejos, demostrando el punto de que “no existe distancia” cuando se trata de basura no biodegradable. La mayor parte de la basura ni siquiera es visible, ya que al menos 4.500 trozos por m2 están enterrados a 10 cm bajo la superficie.
Esta contaminación plástica tiene un efecto significativo en la vida silvestre y en los hábitats marinos. El estudio encontró cientos de cangrejos ermitaños púrpuras usando frascos de cosméticos de plástico y tapas de botellas. El estudio encontró una menor diversidad de comunidades de invertebrados de la costa y un mayor riesgo de enredos de aves marinas que anidan en la costa.