En 2012, expertos dispersaron un veneno y en 2014 declararon la isla ‘libre de roedores’.
luego de más de un siglo, han vuelto a nacer en estado natural tortugas en la isla Pinzón, tras exterminarse con veneno a las ratas, en un proceso que obligó a sacar del sitio a los gavilanes para esquivar la toxicidad.
Ante la población “muy alta” de ratas negras que afectaba a especies nativas y endémicas, en diciembre de 2012, tras cinco años de estudios sobre toxicidad, los expertos dispersaron desde un helicóptero, un veneno por toda la isla, explica a Efe Danny Rueda, director de Ecosistemas de la dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG).
Los estudios previos alertaron de un riesgo medio/alto para el gavilán de Pinzón porque podía comerse las ratas muertas, un inconveniente que solventaron capturando a los doce que encontraron, para mantenerlos, durante tres años, en la vecina isla Santa Cruz, antes de devolverlos a su hábitat natural.
Junto a los 12 gavilanes de Pinzón se capturó a otros 41, que habían llegado desde otros lares y a los que mantuvieron en esa misma isla hasta su liberación. Cuando soltaron, con rastreadores, a los 12 gavilanes devueltos desde Santa Cruz, constataron que volvieron “exactamente al lugar donde fueron capturados” y ahora están en un proceso de reproducción y en un normal desempeño ecológico, anota Rueda antes de hablar de otros grandes logros.
“En diciembre de 2015, en un monitoreo ecológico logramos detectar por primera vez, luego de más de cien años, tortuguitas bebés nacidas en estado natural”, señaló al referirse al hecho como el indicador de “mayor relevancia” en cuanto a la especie de tortugas gigantes de Pinzón. Desconoce el número de ratas que murieron pues el veneno utilizado, de segunda generación, no ocasiona la muerte instantánea, por lo que presume que la mayoría de los roedores perecieron en sus madrigueras, mientras que el olor por la descomposición de los que murieron afuera fue mínimo porque el anticoagulante usado los secó.
En dos años de monitoreo tras esparcir el veneno, no encontraron ratas en Pinzón y en 2014 la declararon “libre de roedores”. La mejora ha sido evidente: hay palomas terrestres, lagartijas de lava y culebras de Galápagos, cuenta al relatar que recientemente, por primera vez en ocho años de investigación, un científico logró capturar en Pinzón 25 culebras y ver alrededor de cincuenta, lo cual no había ocurrido “nunca”, dice.
“Eso también es un valor en una especie muy importante que ha recuperado su población al no tener la rata introducida, que consumía culebras, aves, lagartijas, tortugas y cualquier especie que había en Pinzón”, señala.
EFE