El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia tiene varios retos en la zona del Caribe: a seis meses del paso de poderosos huracanes aún queda trabajo de rehabilitación y se acerca una nueva temporada ciclónica.
A pesar del esfuerzo humanitario masivo en el área durante los últimos meses, todavía hay muchos pendientes para rehabilitar el daño en la infraestructura de agua y saneamiento tras los huracanes Irma y María, señala un reporte de Unicef.
Según dijo la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, María Cristina Perceval, mientras los niños lo necesiten o estén en peligro continuarán trabajando incansablemente para que ellos puedan mirar hacia el futuro con esperanzas.
‘El objetivo es mitigar el impacto en niños, niñas y mujeres y garantizar un rápido retorno a la normalidad’.
Después de los huracanes, Unicef respondió de inmediato movilizando suministros y recursos humanos para satisfacer las necesidades de los afectados y salvar sus vidas, apuntó.
Ahora, añadió, al trabajo de rehabilitación se suma el de preparación para reducir y minimizar el daño potencial frente a una nueva temporada de huracanes.
El acceso al agua potable y segura, y el trabajo encaminado a prevenir el brote y la transmisión de enfermedades transmitidas por el agua (como el cólera y la diarrea) figuran entre las labores priorizadas.
Además, en cuanto a la protección de los niños también se realizan actividades psicosociales y de capacitación.
Con la próxima temporada de huracanes en el Caribe que comienza oficialmente el 1 de junio, Unicef y otras agencias de la ONU desarrollan proyectos para mejorar las capacidades y reducir la vulnerabilidad a nivel nacional y comunitario.
Junto a las acciones de respuesta a emergencias, Unicef continúa su labor para contribuir a una región inclusiva, equitativa y próspera que garantice servicios de calidad y apoyo a los niños en áreas de educación, protección infantil y social y realización de sus derechos.
En septiembre de 2017, al menos 1,4 millones de personas -incluidos 357 mil niños- fueron afectados por dos huracanes de categoría 5 que causaron estragos en Anguila, Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, Haití, las Islas Vírgenes Británicas y Turcos y Caicos.