Sobre el uso de aguas subterráneas, la desalinización y el riego con energía solar, versará hoy en la sede de la FAO, el segundo y último día del foro sobre las tecnologías solares en la agricultura.
Para la presentación de una veintena de ponencias, tanto en plenario como en salas independientes, donde se expondrán las más diversas experiencias en el amplio tema de la irrigación mediante el uso de la energía solar, está reservada la jornada de hoy.
El evento está auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, junto al Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el Instituto de Gestión del Agua y el Programa de Investigación sobre el Agua, Tierra y Ecosistemas, entre otros.
También en la sesión final están previstas conferencias sobre las inversiones más efectivas y sostenibles en agua para la reducción de la pobreza y en torno a la energía solar en la solución de los problemas, tanto del déficit de energía, como de la escasez del vital líquido.
De acuerdo con la FAO, la energía solar representa una gran oportunidad para que los pequeños agricultores utilicen tecnologías limpias y rentables en el riego de sus cultivos, produzcan los alimentos que el mundo necesita y mejoren sus medios de subsistencia.
En opinión de expertos, la Tierra recibe más energía solar en una hora que la consumida por la población mundial en un año.
Si bien existen importantes inversiones en lugares con menos exposición a los rayos del sol, como Europa y China, el potencial en las regiones con mayores posibilidades de ese recurso, dígase África y Oriente Medio, sigue sin ser explotado.
Según el ente especializado de ONU, casi todos los países en desarrollo tienen un enorme potencial de energía solar, la mayor parte en África, posibilidad que debe aprovecharse, teniendo en cuenta, además, la reducción en los costos de los sistemas fotovoltaicos.
La agricultura de regadío proporciona el 40 por ciento de la producción mundial de alimentos, por lo que mejorar la eficiencia del uso del agua con sistemas de riego con energía solar inteligente puede ayudar a garantizar la disponibilidad del líquido, sostiene la FAO.