Yaxhá es una ciudad maya de gran tamaño con majestuosos templos, desde edificios de gobierno, plazas ceremoniales, campo de juego de pelota y observatorio astronómico.
Se encuentra en la región denominada Parque Nacional Yaxhá-Nakum-Naranjo que alberga a las tres ciudades, además de Topoxté, una ciudad maya ubicada en la isla del mismo nombre frente a Yaxhá.
Laguna de Yaxhá
El primer atractivo, evidente por su color, es la laguna que se presenta tanto de color azul por el reflejo del cielo, como verde por la vegetación.
En sus aguas habita el cocodrilo moreleti, el pescado blanco, la tortuga centroamericana y variedad de peces. Es uno de los pocos cuerpos de agua abundante de la región, tiene suelo kárstico, el cual provoca la filtración de líquidos al subsuelo, por ello hay pocos ríos en el área.
Recorrido arqueológico por la ciudad de Yaxhá
Existe una entrada oficial utilizada para conocer la ciudad y se encuentra metros arriba por un camino de terracería, visible y apropiadamente señalado al ingresar al complejo. De igual manera se puede comenzar la caminata desde la Laguna de Yaxhá y el embarcadero, ya que todo está interconectado por senderos y sacbés, caminos blancos preparados por los mayas.
Recorrer el complejo puede llevar desde medio día, a día completo, según el ritmo de caminata.
El campo de pelota maya tiene una inclinación poco común a la encontrada en otros sitios mayas y está cercano a edificios de habitación. Aunque el conjunto se encuentra bastante restaurado no cuenta con los anillos correspondientes del juego de pelota.
A minutos de distancia se aprecian distintas plazas y edificios destinados a funciones de gobierno, cubiertos por estructuras protectoras imitando la cubierta original: gran cantidad de templos mayas se cubrían con techo de hojas, entre ellas de guano, por su larga vida y resistencia, todo combinado con una armazón de piedras o de troncos, por lo regular de chicozapote.
Templo 216
Sobresale en altura y belleza el templo 216, ubicado en una de las plazas principales.
Cuenta con una estructura de madera que permite a los turistas subir hasta la parte alta que carece de crestería, pero otorga una vista incomparable del área selvática, de la laguna y de la isla de Topoxté.
Frente a la base del templo se encuentran quemadores ceremoniales, ‘altares’ que aún son sede de rituales religiosos.
La vista abarca desde la laguna hasta el horizonte selvático.
Aves y sonidos
Los templos restaurados se rodean de vegetación que alberga a diferentes especies de aves.