Acabaron las horas de incertidumbre: la noche del pasado jueves los familiares de los integrantes del grupo liderado por Óscar Pérez, que fueron acribillados por el régimen de Nicolás Maduro el pasado lunes, pudieron reconocer los cadáveres de sus seres queridos.
La diputada opositora Delsa Solórzano, confirmó que todo va conforme al proceso, y que una vez concluya todo el trámite se hará la entrega de los cuerpos. De su lado, la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) tildó el hecho como una masacre.
A través de un comunicado, la CEV “denuncia la horrible masacre evidenciada en las ejecuciones extrajudiciales y muertes de civiles en acciones perpetradas por fuerzas militares”, y añade que “este acto nos pone ante la degradación e irrespeto de la dignidad y los derechos humanos atinentes a cualquier persona”.
Pérez había disparado contra varios edificios gubernamentales en Caracas el pasado mes de junio. Grabo videos desde la clandestinidad donde pedía al pueblo revelarse contra el régimen Maduro, y en diciembre, junto con sus hombres, asaltó una base de la que sustrajo armas. Momentos antes de ser abatido, emitió varios videos en los que pedía entregarse para salvar las vidas de los “civiles inocentes” que estaban con él.