El gobierno de Nicaragua intentó este domingo echar agua a las brasas, aunque todavía no se sabe si se sofocará el fuego de las protestas.
El presidente Daniel Ortega anunció que su gobierno canceló los planes para reformar el sistema de pensiones, cuyo anuncio la pasada semana generó una ola de manifestaciones que dejaron muertos, heridos y crecientes saqueos e inestabilidad en el país centroamericano.
En un discurso en la televisión nacional, Ortega informó que la junta del sistema de seguridad social había votado a favor de revocar la medida, mientras cientos de personas continuaban protestando en las calles de distintas localidades de la nación.
“Esta resolución que estoy dando en estos momentos, que acaba de aprobar el Consejo Directivo de la Seguridad Social, lo que está haciendo es revocando, o sea cancelando, poniendo a un lado, la resolución anterior del 16 de abril del año 2018, que fue la resolución que sirvió como detonante para que se iniciara toda esta situación de protesta“, indicó.
Al menos 10 personas murieron durante las manifestaciones, según cifras del gobierno, aunque fuentes de derechos humanos estiman que el número supera las 25 víctimas, entre ellas un periodista que realizaba una transmisión en vivo por Facebook.
Las nuevas medidas de seguridad social establecían que el pago que realizan los empleados al seguro social se incrementarían de 6,25% al 7% y que los jubilados tendrían que aportar un 5% de su pensión en concepto de cobertura de enfermedades a partir del próximo 1 de julio.
El gobierno asegura que las reformas “son necesarias” para salvar al INSS de la quiebra, mientras los manifestantes consideran que aumentaría la pobreza y dificultaría las condiciones de vida de la mayoría de la población.
El anuncio de Ortega fue recibido con reservas entre los manifestantes, principalmente, entre los estudiantes, quienes aseguraron que seguirán en las calles.
Según varios medios nicaragüenses, tras el discurso de Ortega continuaron las protestas, principalmente en la capital, mientras un grupo de estudiantes mantenías tomadas las instalaciones de la Universidad Politécnica de Nicaragua, uno de los principales focos de las manifestaciones.
Las protestas
Desde el pasado miércoles, cientos de personas salieron a las calles para protestar contra las reformas al sistema de pensiones, el mismo día que fueron aprobadas por un mandato presidencial de Ortega que algunos tildaron de ilegal.
Pronto se sumaron estudiantes universitarios y otros grupos sociales y comenzaron también los enfrentamientos con la policía y el ejército, que, según varios testigos, dispararon con municiones contra los civiles.
El gobierno asegura que “vándalos de derecha” se sumaron a las protestas para realizar saqueos, lo que lo obligó a usar la fuerza; mientras los manifestantes sostienen que son los propios seguidores del gobierno y policías quienes se aprovecharon de las circunstancias para sembrar caos y robar en los negocios.
En su discurso de este domingo, Ortega justificó el uso de la violencia por las fuerzas policiales, lo que había sido cuestionado anteriormente por el papa Francisco, Estados Unidos, la Unión Europea, Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
“No queríamos usar a la policía. Hasta donde pudimos, pero desgraciadamente no hay más alternativa“, sostuvo.
El mandatario aseguró que el próximo paso será abrir una mesa de diálogo para encontrar la vía de fortalecer la seguridad social a mediano y largo plazo, aunque advirtió que no se admitirán condicionamientos a dichas conversaciones.
Otros hechos
Reportes de medios locales indican que, tras el inicio de las protestas, varios canales de televisión fueron censurados y algunos periodistas fueron reprimidos mientras cubrían las manifestaciones.
De hecho, una de las víctimas mortales fue Ángel Gahona, director del noticiero nicaragüense El Meridiano, durante una cobertura de las protestas en la ciudad de Bluefields, en la costa Caribe de Nicaragua.
“Yo pido justicia. Hay testigos que dicen que quien lo mató fue un antimotín de la policía nacional”, aseguró a BBC Mundo Migueliuth Sandoval, esposa y compañera de trabajo de Gahona.
Tras conocer la censura a los canales, el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, Gustavo Mohme, opinó que el hecho “desenmascara el autoritarismo de un gobierno que en sus once años solo ha buscado desmantelar al Estado para su propio beneficio y el de sus familiares”.
Algunos analistas nicargüenseses afirman, por su parte, que las manifestaciones que comenzaron como una protesta contra la reforma al sistema de salud se han radicalizado en sus demandas y ahora apuntan contra el núcleo del gobierno, conformado por Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.