El lunes había un sabor agridulce en Bolivia. Mientras el presidente Evo Morales celebraba los 193 años de la fundación del país, muchos se manifestaban contra una eventual postulación en la que el mandatario buscaría el poder por cuarta ocasión.
En la ciudad sureña de Potosí se llevaron acabo los festejos cívicos y el mandatario dio un mensaje corto en el que resaltó el crecimiento económico y anunció que mejoraría el sistema de salud. Poco después, sus opositores empezaron a gritar: “¡Bolivia dijo ‘no’! ¡No, es no!”, en alusión a un referendo del 21 de febrero de 2016 en el que el Morales perdió con 51% la posibilidad de mantenerse en la presidencia.
En el desfile cívico militar, las denominadas plataformas ciudadanas que están en contra de la reelección del presidente lograron sumarse pacíficamente a las de las organizaciones sociales que sí son afines a él.
Morales observó parte del desfile junto con el cardenal indígena Toribio Ticona después de una misa en la que este último pidió unidad a los bolivianos.
A un año de las elecciones, Morales ha sido proclamado como candidato presidencial por sus seguidores y en 2017 su partido obtuvo luz verde del Tribunal Constitucional (TC) para presentarse a una nueva candidatura. Tras ello se conformaron plataformas ciudadanas que defienden el resultado del referendo de 2016.