Programas de Prevención del Delito: Forjando un Futuro Libre de Violencia

Programas de Prevención del Delito: Forjando un Futuro Libre de Violencia

Recientemente, el Ministerio de Gobernación (Mingob) ha lanzado programas de prevención del delito dirigidos a la niñez y adolescencia. Estos programas tienen como objetivo principal fortalecer acciones que promuevan entornos saludables y libres de violencia para los menores guatemaltecos. Francisco Jiménez, ministro de Gobernación, destaca que la implementación de estas iniciativas apunta a reducir la incidencia en diversos ámbitos, como el abuso infantil y sexual, el acoso escolar, el reclutamiento para maras, la violencia intrafamiliar, la trata de menores, entre otros.

Según el ministro Jiménez, se estima que gracias a estas medidas preventivas, aproximadamente 167 mil menores que actualmente residen en áreas con alto índice delictivo se mantendrán alejados de los círculos de violencia. Además, las autoridades enfatizan que estos programas contribuyen al desarrollo social y cuentan con el respaldo del Ministerio de Educación y del Gobierno de los Estados Unidos a través de la Sección de Asuntos Narcóticos, así como otras instituciones que colaboran en la recuperación de espacios seguros para la niñez y la adolescencia.

Fortaleciendo el Vínculo con la Comunidad

Una parte integral de estas iniciativas también se enfoca en fortalecer la relación entre la Policía y la comunidad. En consecuencia, los programas de policía comunitaria están diseñados para mejorar la percepción pública, fomentando la construcción de relaciones sólidas y canales de comunicación efectivos entre ambas partes. Estas acciones se llevan a cabo en consonancia con los principios fundamentales de la institución policial, que busca establecer un control social dentro del marco de un enfoque de seguridad democrática. Este enfoque tiene como objetivo mejorar la calidad de vida, promover una convivencia pacífica y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. En este contexto, se implementa un modelo de policía comunitaria que se centra en la utilización eficiente de los recursos disponibles para abordar diversos factores de riesgo y contrarrestar la brecha existente entre la Policía y la ciudadanía.

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