El Gobierno de Venezuela ha expulsado del país y ha declarado este jueves persona non grata al embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández, por la “continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos” del país sudamericano, según un comunicado del Ministerio de Exteriores venezolano.
El Ministerio de Exteriores español, liderado por Alfonso Dastis, ha confirmado la expulsión de Fernández. Caracas ya había llamado el miércoles a consultas a su embajador en Madrid como represalia por el último paquete de sanciones adoptado por la UE. La expulsión no significa la inmediata salida del embajador del país.
Venezuela asegura que Rajoy, durante su encuentro con Donald Trump, presidente de Estados Unidos, del pasado 26 de septiembre recibió “infames instrucciones” para “someterse a sus designios con respecto a Venezuela, comprometiéndose a asumir el liderazgo de la conspiración en Europa, con el fin de concertar ataques a la soberanía e independencia” del país.
La nota define así la situación de España: “Lamentablemente, el Reino de España es uno de los países más desiguales de Europa: son incontables los desahucios diarios, que le niegan el derecho a la vivienda a decenas de miles de familias humildes, para favorecer a la banca y empresas inmobiliarias; cuenta con las tasas de desempleo más alarmantes de Europa, entre las más altas del mundo, especialmente en lo referente al empleo juvenil, que se traduce en desesperanza para las nuevas generaciones españolas; se han descubierto escandalosos casos de corrupción de miembros del partido gobernante, incluyendo sobresueldos y prebendas desvergonzadas acordadas a espaldas de la ciudadanía”.
El comunicado de expulsión del embajador asegura que “fue mundialmente difundido el uso de la represión policial para secuestrar el derecho a decidir del pueblo de Catalunya [sic], así como la judicialización de la política para perseguir y encarcelar a quienes difieran de la posición oficial, cerrando cualquier opción de diálogo civilizada con sus adversarios; ni hablar del desmoronamiento estructural de los servicios de sanidad y seguridad social”.
Por el contrario, añade, “Venezuela no tiene que sufrir las secuelas de semejantes políticas de Estado”, ya que “el presidente Nicolás Maduro ha expandido la inversión social”. Según esta particular visión del país, en Venezuela el derecho a la vivienda no tiene “parangón en el mundo”, la educación y la salud son “derechos universales”, el desempleo “está en mínimos históricos”, se combate la corrupción con eficacia y “el derecho a decidir se ejerce constantemente, sin obstáculos, con altos niveles de participación, mediante un seguro y transparente sistema electoral automatizado”.
Venezuela y España han mantenido relaciones tensas desde que la autodenominada Revolución bolivariana tomó el poder en 1999, sobre todo, durante las gestiones de los presidentes de Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy, ambos del Partido Popular. Cíclicamente se generan incidentes que dan pie a un intercambio de acusaciones y, en ocasiones, al llamado de sus respectivos embajadores. El presidente Rajoy ha abanderado la posición europea de rechazo a la Asamblea Constituyente oficialista que se instala este viernes en Caracas.