En el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York pasa sus horas el capo mexicano Joaquín “el Chapo” Guzmán a la espera del juicio que podría darle cadena perpetua por haber pasado grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos, haber emitido órdenes de secuestro y asesinato y haber lavado de dinero, entre otros delitos.
Vestido de color naranjo, caminando de lado a lado y con la mirada perdida. Así se encuentra Guzmán según declaró su abogado Eduardo Balarezo, quien aseguró que el narco “está mal”.
“El Chapo, de 63 años, está mal, no está incapacitado, pero está perdiendo la memoria y está poniéndose paranoico”, asegura al diario El País.
Además, agrega que “repite mucho las cosas y se le olvida todo enseguida. A veces hablamos algo y a los 15 minutos se le ha olvidado”.
Según Balarezo, la condición del mexicano afecta al trabajo de defensa, ya que “tenemos un cliente que no sabe decir si pasó algo, cómo fue o cuándo pasó”.
“Se nota que es una persona lista, no tiene educación formal, pero es inteligente, aunque no sé si brillante. Tiene buen humor y a veces nos reímos”, cuenta.
En cuanto a la preparación del juicio, el abogado asegura que las condiciones para trabajar son “ridículas”: “Estamos dos personas apretadas en una sala de 1,5 x 1,5 metros, no hay una mesa para poner documentos, escribir o poner la computadora. Tengo que tener la tableta en las piernas para poder anotar algo y verlo por una reja y una ventanilla. Intentamos hablar bien bajo para que no escuchen todo los policías”.
“Normalmente, mi cliente me dice las personas a las que puedo recurrir para conseguir pruebas o testimonios, pero en este caso lo tengo prohibido (…) La rigidez de los términos en ocasiones roza lo surrealista”.