Nuevo presidente de Colombia enfrenta larga lista de retos

Nuevo presidente de Colombia enfrenta larga lista de retos

Iván Duque, quien cuenta con el apoyo del expresidente Álvaro Uribe, asumirá la presidencia de Colombia. Por delante tendrá la tarea de guiar la implementación del acuerdo de paz con los rebeldes izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que sigue en terreno inestable.

Tras su toma de posesión en la Plaza Bolívar de la capital, Bogotá, a sus 42 años, Duque se convertirá en el jefe de Estado electo más joven en la historia del país.

Padre de tres hijos, Duque se describe como un centrista que unirá a la nación en un momento en que muchos siguen profundamente divididos por el acuerdo de paz que puso fin a más de cinco décadas de sangriento conflicto con las FARC.

Sus detractores temen que no sea más que un títere en manos de Uribe, el expresidente conservador que defendió el “No” en el referéndum que rechazó la primera versión del pacto con los rebeldes en 2016. Uribe sigue contando con el respaldo de millones de colombianos, aunque probablemente sea igual de detestado por legiones que denuncian abusos contra los derechos humanos cometidos en sus años en el poder.

Duque tomará el relevo de Juan Manuel Santos en un momento crítico: la producción de coca alcanza niveles record, grupos armados ilegales luchan por territorios en los que el estado tiene escasa o nula presencia y una oleada de asesinatos de activistas sociales mostró que la paz sigue siendo un término relativo.

“Si Duque no puede solucionar este problema y encontrar una forma de llevar al estado a las zonas rurales, vamos a seguir teniendo los mismos problemas que hemos tenido durante décadas”, dijo Jorge Gallego, profesor en la Universidad del Rosario de Colombia.

Duque es hijo de un exgobernador y ministro de Energía y sus amigos dicen que tiene aspiraciones presidenciales desde su más tierna infancia. Pero su paso de tecnócrata desconocido a popular senador, y ahora a presidente, ha sido extraordinariamente rápido, impulsado en parte por el apoyo de su mentor, Uribe.

Hace apenas cuatro años, Duque vivía en un suburbio de Washington y tenía un cómodo empleo en un Banco de Desarrollo Internacional, IDB. Fue allí donde forjó una estrecha relación con Uribe, asistiendo al exmandatario cuando impartió un curso en la Georgetown University. Más tarde, Duque ayudó a Uribe a dirigir una investigación de Naciones Unidas sobre un letal ataque de Israel a una flotilla con ayuda para Gaza, y a escribir sus memorias.

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