Una nueva proyección estima que la población mundial podría alcanzar un máximo de 9 mil millones de personas a mediados de siglo. Esta es una cifra significativamente inferior a las últimas estimaciones demográficas destacadas. El estudio va más allá y afirma que si el mundo da un salto gigante en inversión en desarrollo económico, educación y sanidad, la población mundial podría llegar a un máximo de 8 mil 500 millones de personas en 2050.
Las nuevas proyecciones se incluyen en un estudio de la iniciativa Earth4All para la Global Challenges Foundation. Para hacer estas proyecciones, el equipo usó un nuevo modelo de dinámica de sistemas con dos escenarios en este siglo.
En el primero, Demasiado poco, demasiado tarde, el mundo sigue desarrollándose económicamente como en los últimos 50 años y muchos de los países más pobres salen de la pobreza extrema.
El análisis utiliza 10 regiones del mundo, como el África subsahariana, China y Estados Unidos. Actualmente, el crecimiento demográfico es mayor en algunas naciones de África, como Angola, Níger, la República Democrática del Congo y Nigeria, y de Asia, por ejemplo Afganistán. El equipo también analizó la conexión entre la población y la superación de los límites planetarios, vinculada a la capacidad de carga de la Tierra.
El equipo descubrió que el tamaño de la población no es el principal impulsor de la superación de los límites planetarios, como la crisis climática, sino que lo que está desestabilizando el planeta son los altísimos niveles de huella del 10 % más rico del mundo.
Según las proyecciones demográficas del equipo, toda la población podría alcanzar unas condiciones de vida superiores al nivel mínimo de las Naciones Unidas sin cambios significativos en las tendencias de desarrollo actuales, siempre que se distribuyeran los recursos por igual.
La investigación también concluye que, con los niveles de población actuales, es posible que todo el mundo escape de la pobreza extrema y supere un umbral mínimo para una vida digna con acceso a alimentos, vivienda, energía y otros recursos, aunque esto requiere una distribución mucho más equitativa de los recursos.